La dependencia emocional: un amor que duele
Es muy probable haber oído hablar del término dependencia emocional. Entendemos la dependencia emocional como un tipo de dependencia afectiva que se produce cuando nuestra felicidad depende exclusivamente de una persona, ya sea nuestra pareja, un familiar, amigo, etc.
A todos nos gusta sentirnos queridos, sin embargo, cuando nuestro comportamiento para satisfacer esta necesidad básica de afecto se convierte en patológico e incluso obsesivo, hablamos de dependencia emocional. Se trata de llevar esa necesidad de afecto al extremo, las personas dependientes necesitan a las personas de las que dependen como un drogadicto necesita su dosis, necesitan sentirse queridos y cualquier conducta que perciban como rechazo les genera malestar.
La dependencia emocional se asocia con frecuencia al amor de pareja. Aparece la dependencia emocional cuando lo basamos en tópicos románticos según los cuales se tiende a idealizar al otro y a basar el mantenimiento de la relación en la idea de que hay que aguantarlo todo, aunque nos genere malestar.
¿A qué se debe la dependencia emocional?
Insatisfacción personal. Es uno de los factores más determinantes, ya que se trata de personas con una autoestima baja, que se desvalorizan y se sienten inferiores y culpables.
Miedo a estar solo/a. Las personas dependientes no saben ni quieren estar solas, necesitan estar siempre con alguien, aunque la compañía de esa persona les perjudique. Es frecuente encontrar a personas dependientes que enlazan una relación con otra, con muy poco tiempo entre rupturas.
Inestabilidad emocional. Con frecuencia se asocia la dependencia emocional a bajo estado de ánimo y a la ansiedad.
Ahora que ya sabemos cuáles son las principales causas de la dependencia emocional, ¿cuáles son sus principales síntomas?
Miedo desproporcionado a la separación del otro. Las personas dependientes no conciben su vida sin la persona de la que dependen, su felicidad depende del otro.
Sentimientos obsesivos hacia el otro. Necesitan tener contacto constante con el otro, de ahí las frecuentes llamadas, mensajes… Quieren demostrarle su amor en todo momento, están muy pendientes de sus necesidades, obviando las propias, solo buscan complacer.
Idealización del otro. Las personas dependientes son incapaces de ver defectos en la persona de la que dependen, todo lo ven positivo. En cambio, se infravaloran a sí mismos.
La relación genera angustia. El miedo exagerado a la pérdida y la necesidad de querer más de la relación, pueden generar angustia. En los dependientes cualquier conducta del otro percibida como un rechazo puede conllevar malestar emocional e infelicidad.
El miedo al rechazo de los demás en muchos casos se basa en la necesidad de la aprobación incondicional. Hacer depender la satisfacción propia únicamente de la opinión de los demás puede comprometer nuestro bienestar emocional y generarnos infelicidad, de ahí la importancia de buscar ayuda profesional en caso de no saber cómo afrontar la situación y querer recuperar las riendas de la propia vida.